Nunca hay tiempo para lo importante Que incómodos nos resultan los balances, cuando una de las columnas registra nuestros valores espirituales, y el tiempo que dedicamos al cuidado de nuestra alma. Esta sociedad que a través de los medios de comunicación nos quita cada vez más, hasta la posibilidad de decidir, nos ha impuesto la valoración de lo material (poseer bienes, una buena figura, ropa de determinada marca, etc.) como un hecho imprescindible para avanzar en esta sociedad post-moderna. El escritor Gabriel Garcia Marquez, al enterarse de su enfermedad, que puso en riesgo su vida escribió entre otras cosas: “Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesent